Mira por dónde. Buscando en el youtube un producto "nacional" para terminar el viaje a través de las canciones extranjeriles regresando a casa, me encuentro con una canción de un cantautor llamado Migueli, que siempre me viene a la cabeza cuando pienso en canciones sobre el tema, pero me decía "No, hombre, Migueli no estará en el youtube", no sé por qué. Pues aquí lo tenemos, tocando en Libertad 8 de Madrid donde lo reencontré no hace mucho. Buena forma de cerrar el círculo, pues le tengo mucho cariño a Migueli, y también mucho cariño musical (lo conozco desde muy pequeño y crecí escuchando sus canciones), así que esto sí que es regresar a casa de unas lejanas vacaciones por el blues.
También hay una anécdota que él no conoce y que no viene a cuento pero se me está escapando y no puedo evitarlo. Cuando era apenas un adolescente, Migueli vino un día a mi casa y estuvimos enredando un rato con un teclado que mis padres me habían comprado por si podíamos hacer algo con mis problemas de psicomotricidad; al rato me dijo algo como "oye, tú tendrías que tocar la guitarra". En mis oídos sonó como "esto se te da bien, chaval, agarra la guitarra de una vez" y, viniendo de un tío que escuchaba en cinta de casette era como algo muy grande. Bastante después, un día cualquiera en el que tenía una guitarra a mano, me resonó esa frase de pronto; cogí rápidamente el instrumento con el firme propósito de aprender a tocar del tirón y apenas lo he soltado desde entonces. No sé si he llegado a aprender lo suficiente, pero hoy no soy capaz de imaginarme qué vida tendría si me hubiera enganchado a la guitarra (que curiosamente, tampoco hubiera tocado de no ser tan torpe).
Bueno, a lo que vamos, pongamos la canción. Aviso a los navegantes: si ha venido hoy a esta encrucijada algún alérgico a los cirios, bienvenido seas, y no dejes que las referencias sacras (Migueli es cantautor cristiano) pongan otras "fronteras de papel" entre ti y el espíritu del cante, que está más allá de las palabras; ya dijimos que es ubicua y panhumana la experiencia de la communitas. Haz como el maestro Ibn Arabi, que abarcaba todas las formas, incluso en tiempos muy revueltos y todavía más interesantes, cuando las referencias sacras eran obligadas.
Esta vez no voy a traducir la letra al castellano, claro, pero por si acaso (¿algún extranjero, precisamente?), la tenéis en este enlace, junto con una versión de estudio posterior a la de siempre cantada a dúo con Ismael Serrano.
También hay una anécdota que él no conoce y que no viene a cuento pero se me está escapando y no puedo evitarlo. Cuando era apenas un adolescente, Migueli vino un día a mi casa y estuvimos enredando un rato con un teclado que mis padres me habían comprado por si podíamos hacer algo con mis problemas de psicomotricidad; al rato me dijo algo como "oye, tú tendrías que tocar la guitarra". En mis oídos sonó como "esto se te da bien, chaval, agarra la guitarra de una vez" y, viniendo de un tío que escuchaba en cinta de casette era como algo muy grande. Bastante después, un día cualquiera en el que tenía una guitarra a mano, me resonó esa frase de pronto; cogí rápidamente el instrumento con el firme propósito de aprender a tocar del tirón y apenas lo he soltado desde entonces. No sé si he llegado a aprender lo suficiente, pero hoy no soy capaz de imaginarme qué vida tendría si me hubiera enganchado a la guitarra (que curiosamente, tampoco hubiera tocado de no ser tan torpe).
Bueno, a lo que vamos, pongamos la canción. Aviso a los navegantes: si ha venido hoy a esta encrucijada algún alérgico a los cirios, bienvenido seas, y no dejes que las referencias sacras (Migueli es cantautor cristiano) pongan otras "fronteras de papel" entre ti y el espíritu del cante, que está más allá de las palabras; ya dijimos que es ubicua y panhumana la experiencia de la communitas. Haz como el maestro Ibn Arabi, que abarcaba todas las formas, incluso en tiempos muy revueltos y todavía más interesantes, cuando las referencias sacras eran obligadas.
Esta vez no voy a traducir la letra al castellano, claro, pero por si acaso (¿algún extranjero, precisamente?), la tenéis en este enlace, junto con una versión de estudio posterior a la de siempre cantada a dúo con Ismael Serrano.
(Y a la próxima, volvemos con los usuales ladrillos, esta vez a vueltas con el concepto de "raza").
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