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martes, septiembre 11, 2007

RAZAS: (I) Todo lo que tiene nombre existe

¿"Existen" las razas? Como tantas otras preguntas, está mal planteada. Y, sin embargo, como tantas otras preguntas mal planteadas, nos hace discutir acaloradamente de vez en cuando. Unos enarbolan el pabellón cosmopolita de la Humanidad y afirman que no "existe" tal cosa, e incluso que el que crea en su "existencia" no es más que un "racista" (los racistas siempre son los otros); lo mismo la "raza" se nos cuela luego por la puerta de atrás, no hay nada peor que un "enemigo" invisible. Otros afirman que es evidente que "existen" las razas, pero que ello no supone necesariamente que unas sean "superiores" a otras: más aún, todas son iguales en dignidad; felices de haber evitado el fuego de lo políticamente correcto, acaso evitamos también preguntarnos si no hemos sucumbido a las brasas del esencialismo, esto es, a la esclavitud de las palabras.

Pensando más despacio, nos damos cuenta de que las "razas" no "existen" en sí mismas como fenómenos empíricos; lo mismo sucede con las "clases sociales", las marcas de coche o incluso las "especies" animales. Simplificando un poco podríamos decir que lo que "existen" empíricamente son los objetos que esas clasificaciones organizan, es decir, las personas, los coches o los animales (simplificando porque para percibir estos objetos como entidades separadas necesitamos también nombrarlos con categorías estereotipadas que agrupan cosas "similares": personas, coches, animales). Descubrimos entonces que la "raza" es un estereotipo, es decir, una categoría genérica que utilizamos para percibir y clasificar a los seres humanos. Es evidente que las clasificaciones raciales no son "casos de laboratorio", sino que tienen una gran importancia en la vida social; en ese sentido, "existen", sin duda. Como dice mi proverbio favorito, "todo lo que tiene nombre existe". Como mínimo existe en nuestra cabeza, como el Dios de Descartes, y eso no es poco.

La cuestión relevante, entonces, no es si las razas "existen", sino más bien para qué existen y para qué usarlas, si es que hay que usarlas para algo. Es decir, qué tipo de información nos aportan las "razas" como categoría para percibir la realidad humana ¿información social, cultural, moral, fisionómica, genética?

Antes que nada: las "razas" no son "esencias", ideas platónicas grabadas a fuego en el corazón de la realidad, entidades metafísicas eternas, inmutables, ajenas al devenir y la contaminación de la vida social; no hay "razas puras", castas prototípicas surgidas en el Origen de los Tiempos, unos descendientes de Sem, otros de Jafet y otros de Cam "siervos de siervos", que luego se combinan y entremezclan formando el confuso potaje que nos encontramos en la práctica. Las palabras en general, y las palabras escritas en particular tienen la capacidad de inocularnos el veneno de un platonismo inconsciente: discutimos incesantemente sobre si algo "es" o "no es" una "raza", una "nación", un "matrimonio," un "pariente", un "partido de izquierdas", como si en algún sitio estuviera escrito el libro mágico del significado esencial de las palabras, que nos hablara de un mundo más auténtico que el híbrido flujo contingente y caótico de la vida real.

Como cualquier otra clasificación, las "razas" responden siempre a la realidad de un momento concreto, a unos intereses, a unas necesidades perceptivas o clasificatorias, a una estructura social, a unas relaciones de poder, a una concreta oposición de identidades. Por eso es imposible saber a ciencia cierta cuántas "razas" hay en el mundo: se multiplican hasta el infinito cuando nos ponemos a ello, como en las complicadísimas categorías de "castas" en la colonización de América ("quinterón de mestizo", "cuarterón de mulato", "quasi limpio de origen", "sambo de indio", "cholo", "torna atrás", "calpamulato", "zambaigo", "albarazado", "no te entiendo"...) o en las taxonomías de los antiguos antropólogos físicos, que terminaron disueltas en el vacío a fuerza de multiplicarse: Cuando los antropólogos conocían solo unos cuantos caracteres descriptivos y métricos era factible una sistemática racial más o menos rígida, pero cuando el número de los rasgos raciales se incrementó, se llegó a la conclusión de que las diferencias interraciales no eran tajantes sino que su distribución se presentaba de forma gradativa, clinal. Hoy, a los antropólogos lo que les preocupa no es definir y ordenar los grupos humanos, porque se han percatado de que toda clasificación es arbitraria, incompleta y confusa, sino conocer las causas de su variabilidad.” (VALLS, 1980)

En esto las "razas" no se diferencian de las "etnias". Yo aún diría más; las "razas" no se diferencian EN NADA de las "etnias". Quiero decir que no hay razones epistemológicas para separar ambos conceptos y que los recientes intentos de distinguir una cosa de la otra plantean dificultades en la lucha contra el racismo; para empezar, dado que son la misma cosa, "creer" en las "razas" es tan "descabellado" o tan "razonable" como "creer" en las "etnias", cosa de la que no se percatan a veces nuestros amigos, enemigos de las razas. Ya hemos hablado alguna vez de ello: trataremos de argumentarlo con más detalle en las próximas entradas.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

largo pero un poquititito interesante

Antonio Álvarez del Cuvillo dijo...

Hay que pedir disculpas por la falta de síntesis, pero si te pareció largo, bueno, es sólo la primera entrada de cuatro ;-)

jessy dijo...

Aunque muchos no quieran aceptar si existen las razas , aunque no puras las cuales son : Caucasoide o blanca, mongoloide o amarilla, negroide. obvio que no puras.

Antonio Álvarez del Cuvillo dijo...

Gracias, Jessy, por tu intervención.

Lamento mucho no haber conseguido transmitirte hasta qué punto la pregunta está mal formulada. Por supuesto que las razas "existen", en tanto que clasificaciones humanas. Pero no las tres que has dicho, sino cualquier otra clasificación que se nos ocurra utilizando unos u otros criterios, como apreciarás en cualquier manual antiguo de antropología física, es decir, los tipos que se dedicaban a investigar sobre las razas. Y estas clasificaciones a veces se ordenan conforme a determinados rasgos visibles del fenotipo, de entre todos los rasgos genéticos que componen la variabilidad genética humana. ¿Por qué unos y no otros? ¿Por qué esas tres y no otras? ¿Por qué no observar otros rasgos genéticos compartidos y quizás más significativos o importantes (por razones de saliencia cognitiva humana quizás y sobre todo de división del trabajo internacional, pero no por correspondencia con algún tipo de ideal) ¿Por qué no seis razas u ocho o 20, o 150, dividiendo más raszgos compartidos o visibles?

Cuesta mucho luchar contra esa tendencia de nuestro cerebro a considerar nuestras categorías, nuestras clasificaciones como esencias ontológicas, ideas platónicas, realidades que existen por sí mismas. Las categorías, sin embargo, son modos de ordenar la realidad, no la realidad misma y por eso mismo son contingentes, intercambiables y relativamente arbitrarias.

Anónimo dijo...

Largo? se ve que no les gusta leer...

Esta bien lo expuesto, Digamos que la humanidad para no aburrirse se pone a clasificar lo que ve o la representacion de lo que en verdad seria la realidad.

Bueno..., en la actualidad el significado de raza tiene no solo una apariencia diferenciable si no tambien toda una creencia sistematica en valores sociales con la cual cada raza en cuestion representa un estatus.

Tema complicadito.

Anónimo dijo...

yo quisiera saber,si existe todo lo que tiene nombre?y no,todo lo que tiene nombre existe?