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sábado, noviembre 18, 2006

SALVAJES, BÁRBAROS, CIVILIZADOS

Hay quien dice que no hay "choque de civilizaciones" sino el viejo conflicto entre civilización y barbarie (o salvajismo), tema mítico donde los haya, el dios Ra destruyendo las serpientes del Caos en su paso por el Infierno, el Faraón destruyendo a los pueblos bárbaros. Por supuesto, Civilización siempre somos Nosotros y los bárbaros o salvajes siempre son Ellos, seamos quienes seamos; y si alguna vez entre Nosotros se hace algo que no nos gusta, lo calificaremos como una "barbaridad", como un "acto de barbarie", o como una "salvajada" y apreciamos, por contra, un comportamiento "civilizado".

Antes de que Boas pusiera de moda la noción particularista de "culturas", predominaba entre los pioneros de la Antropología una noción distinta de "cultura" (la definición más famosa es la que propuso Tylor). A partir de una metáfora agraria (la cultura era el fruto de haber "cultivado" el espíritu), se empezó a hablar de la "cultura" como un producto general de la actividad humana. Desde esta perspectiva, la "cultura humana" era una sola cosa y se trataba de un proceso de acumulación en la historia de la humanidad que atravesaba diversos estadíos evolutivos (normalmente llamados "salvajismo", "barbarie" y "civilización"). En cierto modo, en función de su posición en la escala evolutiva, las sociedades podían tener más o menos "cultura". Todavía hoy seguimos diciendo que una persona "tiene cultura" o "es culto" o es "inculto", lo que concuerda con el origen etimológico ("cultivar" el espíritu), pero también con esta noción acumulativa. Lógicamente, esto no tiene nada que ver con las definiciones modernas, que, recordemos, hablaban de la cultura como un contexto que da sentido a la acción humana.
Como decíamos en otra entrada, antes de Boas prácticamente toda la reflexión social era "irreflexivamente" racista. Así que lógicamente los civilizados eran superiores a los bárbaros y los bárbaros a los salvajes. En aquellos tiempos se confundía "evolución" con "progreso"; "evolución" es una simple descripción de lo que sucede (como sucede con la evolución de las especies), mientras que "progreso" implica una visión positiva del cambio. Este salto nunca debe ser automático, o se cae en la "falacia naturalista": convertir juicios de hecho en juicios de valor automáticamente, sin pagar peaje. Que algo suceda no implica necesariamente que nos parezca bien.
Ahora bien, la "cultura" tiene una clara dimensión adaptativa (de hecho, los materialistas culturales tienden a considerar las pautas culturales en función de su contribución a la adaptación al medio). Cuando una pauta determinada supone un triunfo del ser humano sobre el medio, una mayor independencia, tiene tendencia a propagarse, a triunfar y a sustituir a las viejas prácticas, menos eficaces. Dada la importancia que la adaptación tiene para los seres humanos, la "eficacia empírica" de una práctica, una vez advertida, tiene un valor en cierto modo universal (una vez esta eficacia se demuestra). Aquello que funciona, que tiene éxito, que se corresponde con la realidad, que logra incrementar la producción, etc., tiende a perpetuarse (a base de conquistas, de colonizaciones, de eliminación del enemigo, de difusión, etc.) Esto nos puede parecer bien, mal o regular -y casi siempre nos parecerá bien lo que nos funcione a nosotros mismos-, pero de un modo u otro, es lo que sucede y seguirá sucediendo de manera implacable.
En este sentido, aunque abandonada la noción esencialista y etiquetadora de las "culturas", sí que puede decirse que hay prácticas culturales "superiores" a otras desde el punto de vista de los juicios de hecho: aquellas más eficaces para adaptarse a un medio o contexto concreto, o a una diversidad de medios. Ahora bien, esta superioridad "empírica" dista mucho de una eventual superioridad "moral", aunque a nivel individual los seres humanos tendamos a quedarnos con lo que nos resulta más eficaz a nosotros si nuestro conocimiento sobre lo que es eficaz es acertado.
El cambio de la "barbarie" a la "civilización", por ejemplo, supone un aumento enorme de la producción, pero al mismo tiempo la introducción de fuertes desigualdades sociales y de la esclavitud; ¿es eso "bueno" o "malo"? Una vez más, los juicios de valor no son verificables, dependen de nuestra experiencia (que a su vez está condicionada, por supuesto, por nuestro contexto cultural). Por más que señalemos que el Holocausto nazi fue un acto de "barbarie", por más que consideremos que los atentados del 11-M o del 11-S eran reductos de un fanatismo medieval, por más que nos parezcan una "salvajada" las bombas de Hirosima y Nagasaki, no podremos cambiar la cruda realidad de que estos hechos sólo tienen sentido en el seno de la "civilización" y no de cualquiera, sino de la "civilización moderna", de la modernidad; y no sólo en los aspectos tecnológicos, sino también en los burocráticos, en los organizativos: en toda la "tecnología social" que implica una mayor eficacia... en este caso letal eficacia dirigida perfectamente a la muerte de otros seres humanos.
La eficacia empírica no es un autómata fácil para decirnos lo que tenemos que hacer. Esto pone en su sitio el sentido de la superioridad de la "cultura occidental". A estas alturas, ya somos conscientes de lo inconsistente de este término. Pero quizás podamos seguir profundizando un poco...

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